Los Trastornos de Identidad Disociativa (TID) han sido durante décadas el tema favorito de películas de terror y thrillers psicológicos. Pero más allá de la ficción, existe una realidad clínica que afecta a miles de personas en todo el mundo.
¿Qué es realmente el TID?
El TID es un mecanismo de defensa extremo que desarrolla la mente cuando se enfrenta a traumas severos, especialmente durante la infancia. Es como si el cerebro dijera: "Esto es demasiado doloroso para procesarlo, así que voy a crear compartimentos separados para mantener la funcionalidad".
Imagina tu mente como una casa con múltiples habitaciones. En una situación normal, todas las habitaciones están conectadas y puedes moverte libremente entre ellas. Pero en el TID, algunas habitaciones se aíslan completamente, y cada una puede desarrollar su propia "personalidad" o identidad.
La realidad vs. la ficción
En las películas, vemos cambios dramáticos de personalidad, voces diferentes, y comportamientos completamente opuestos. La realidad es mucho más sutil. Los cambios pueden ser graduales, y las diferentes "partes" pueden trabajar juntas de manera cooperativa.
Lo que sí es real es la amnesia entre estados, la sensación de "perder tiempo", y la confusión sobre la propia identidad. Es como despertar y no reconocer tu propia vida.
El proceso de escritura de Escisión
Al investigar para Escisión, me encontré con historias reales de personas que viven con TID. Sus testimonios me ayudaron a crear personajes más auténticos y respetuosos con la realidad clínica.
Mario Velazcasas, el protagonista de mi novela, no tiene TID en el sentido clínico, pero su experiencia de fragmentación mental refleja algunos de los mecanismos que pueden ocurrir cuando la mente se enfrenta a traumas extremos.
Reflexiones finales
Lo que más me impactó durante mi investigación fue la resiliencia de las personas que viven con TID. Su capacidad para adaptarse y encontrar formas de funcionar en un mundo que no siempre entiende su experiencia es verdaderamente inspiradora.
Como escritora, mi objetivo no es explotar el TID como un recurso narrativo, sino explorar las preguntas universales que plantea: ¿Quiénes somos realmente? ¿Cómo se forma nuestra identidad? ¿Qué tan frágil es nuestra percepción de la realidad?